Beneficios de estudiar un idioma en la tercera edad
Los cambios que se dan en la sociedad moderna pueden llegar a producir en personas de la tercera edad el aislamiento con relación a la gente que le rodea. Debido a veces sentir un bajo nivel cultural, llegan incluso a crearles la sensación de ser un estorbo. En la actualidad, los estudios realizados al respecto nos demuestran que esta manera de pensar puede cambiar radicalmente con el aprendizaje de un idioma extranjero, que les permitirá recuperar su autoestima al fortalecerles la memoria y al dotarlos de mayor facilidad de expresión.
Por otro lado, ayuda a conocer y a relacionarse con nuevas personas con quienes se puede estudiar juntos; por tal motivo, el estudio de una lengua extranjera por parte de las personas de la tercera edad les ayuda a hacer nuevas amistades, puede incluso mejorar su estado de ánimo y ampliar la capacidad de relacionarse.
El estudio refuerza y amplia el vocabulario
Entre los numerosos beneficios que un jubilado puede alcanzar al estudiar un idioma extranjero, está, sin duda, el de incrementar el vocabulario que le posibilita mantener con mayor soltura una conversación a un nivel mucho más alto. El alumno comenzará a estar más seguro de sí mismo, adquiriendo una agilidad mental superior que le ayudará a vencer determinados complejos de relación. En consecuencia, este va recuperando la autoestima, debido a que al relacionarse con personas con las que antes no se atrevía se siente más útil.
Cuando un estudiante de edad avanzada advierte que debido a sus estudios va adquiriendo determinado nivel cultural que antes no tenía, actúa con mayor empatía y soltura trasmitiendo tanto en su entorno familiar como en su círculo de amistades un ambiente agradable, que según estudios científicos beneficia su calidad de vida.
Aprender idioma proporciona la salud mental
El ejercicio de estudiar una lengua extranjera en las personas mayores desarrolla positivamente su conocimiento, debido a que la gimnasia mental que desarrollan, según las experiencias dadas, permiten una mejor conexión entre neuronas e impide que el cerebro vaya perdiendo fuerza. Un cerebro sano y bien ejercitado hace que el alumno vaya adquiriendo seguridad en sí mismo, lo que lo estimulará para alcanzar nuevas metas que antes les era inimaginables.
El aporte más importante que puede resultar del estudio de un idioma para la tercera edad es el de recuperar y fortalecer la memoria. La mayoría de estas personas hace tiempo que han perdido el hábito de estudiar, hecho que provoca que su cerebro se resienta de una manera notable en una de sus funciones vitales, como es la de recordar.
Es un hecho demostrable que el aprendizaje de un idioma estimula el cerebro por medio de ejercicios para que este recupere su cualidad de recordar, muy beneficiosa en estas edades, pues se trata de realizar un esfuerzo positivo y superior para asimilar una lengua que puede representar la manera de pensar y de actuar de personas, que mentalmente son diferentes al estudiante, debido a que su cultura y su forma de relacionarse son diferentes. El estudiante abre así, de par en par, las puertas de su cerebro a una perspectiva más amplia y distinta de la que tiene.
Hablar varios idiomas retrasa los efectos del envejecimiento
Los estudios llevados a cabo por National Geographic confirman que los efectos del envejecimiento se retrasan hasta cierto punto en los bilingües. Este mismo estudio llega a la conclusión que quienes solo hablan su lengua natal están más expuestos a que su cerebro envejezca con mayor rapidez, siendo propensos a ser afectados por trastornos y demencias.
Aprender un idioma nuevo ayuda a las personas mayores de edad a resistir en cierta medida las enfermedades mentales que aparecen en estas edades, según la Academia Americana de Neurología. Según un estudio llevado a cabo, los síntomas de la demencia aparecen alrededor de los 71,4 años en adultos que hablan un solo idioma y a los 75,5 años en aquellos que son bilingües.
El estudio concluye que la causa de esta ventaja es debido a que se activan las partes cerebrales que se relacionan con las habilidades que se exigen para hacer cosas y completar tareas. En consecuencia, estudiar un segundo idioma parece ser muy beneficioso para aminorar el envejecimiento del cerebro.
El estudio en las personas de la tercera edad les ayuda a socializar
Poco a poco el estudiante de un idioma va tomando confianza en sí mismo a la vez que siente la necesidad de practicar lo aprendido con otros compañeros del mismo curso. Es la oportunidad para tener más vida social. Resulta muy beneficioso que los alumnos hagan grupos de trabajo para realizar los ejercicios o estudiar colectivamente ante unos exámenes inminentes, es también la oportunidad perfecta para establecer relaciones amistosas con otros compañeros y compañeras.
Es un hecho que se está comprobando a través de la práctica que hablar dos idiomas ayuda a tener una vida social de mayor calidad. Por ello es aconsejable estimular el estudio en la tercera edad.
Con el fin de practicar el alumno siente el deseo viajar
Con el estímulo de practicar el idioma que está aprendiendo, se verifica un cambio en el estudiante de la tercera edad, como es el deseo de viajar al extranjero, a un país donde pueda practicar con nativos el idioma que está estudiando. Así pues, aprender una nueva lengua puede ser la excusa perfecta para salir al extranjero y conocer otras culturas y a transformar la idea que se tiene del mundo exterior.